El ambiente tranquilo y sosegado del pueblo de Nazaré contrasta con la bravura de su mar. Y es que es en la costa de esta villa portuguesa donde se producen las olas más grandes de todo el mundo. Con motivo del Día Internacional del Surf, nos adentramos en esta población a pocos kilómetros de España para conocer la ferocidad de sus aguas.
Olas de hasta 30 metros
Nazaré se encuentra justo en la zona central de la costa del país y se presenta como la típica villa portuguesa de fachadas blancas y tejados rojos. Con el paso del tiempo, se ha ido consolidando como un destino muy apreciado por los amantes del surf por sus olas de calidad para todo tipo de niveles.
Pero, sin duda, si por algo destacan sus aguas es porque aquí se producen las olas más grandes de todo el planeta, exactamente en la praia do Norte. Y lejos de dejarse intimidar, los surfistas más experimentados se lanzan al mar y cabalgan las aguas con sus tablas.
El cañón de Nazaré
La explicación de este fenómeno de la naturaleza la encontramos en el fondo del océano. En la costa del pueblo se abre el cañón de Nazaré, una enorme grieta submarina, la más grande de toda Europa, con una profundidad máxima de 5.000 metros y una extensión de alrededor de 230 kilómetros.
Este desfiladero oceánico es el responsable de que se generen esas olas colosales que llegan hasta la orilla de la villa y que han dotado al lugar de su fama internacional. Concretamente, la temporada en la que se producen da comienzo en el mes de noviembre y se extiende hasta febrero.
Ambiente marinero y rica gastronomía
Y más allá de sus agitadas aguas, el pueblo de Nazaré guarda un encanto especial para todo aquel que lo visita, un ambiente marinero que nos acompañará en cada rincón que visitemos. La villa se encuentra dividida en tres zonas diferentes, cada una con una identidad propia.
Si buscamos mar, sol y arena, debemos dirigirnos a Praia y deleitarnos con la gastronomía local con ingredientes recién sacados del mar. Por ejemplo, los platos más tradicionales son las caldeiradas de pescado y el pescado seco.
Por otro lado, para sumergirnos de lleno en la historia del lugar, la mejor opción es acudir a la zona de Sitio, repleta de museos y edificios construidos hace siglos. Y finalmente, Pederneira, combina a la perfección la esencia de las dos zonas anteriores.